Para este edificio se prescribió una fachada ventilada cerámica de terracota del fabricante NBK con aislamiento de 120 mm.
Además, se aprovechó para cambiar todas las carpinterías de los miradores existentes y colocar aislamiento térmico tanto en el bajocubierta como en locales de planta baja, cerrando por completo la envolvente térmica del edificio.

La fachada ventilada elegida fue la mejor opción por su buena relación calidad-precio y su alta durabilidad, llegando hasta los 50 años, en comparación a los sistemas de aislamiento térmico por el exterior (SATEs).
Conseguimos con ella una mejora de las condiciones de habitabilidad del inmueble y un ahorro energético superior al 40%.

El sistema de la fachada ventilada consiste en la construcción de una capa exterior, paralela a la fachada existente, que genera una cámara de aire intermedia. En esa cámara se produce una corriente por convección que funciona tanto para ventilación contra la humedad, como de colchón térmico para la climatización interior.
Así, la fachada ventilada cerámica facilita la refrigeración del edificio en verano por su camara de aire y en invierno limita de la dispersión del calor gracias al aislamiento térmico, lo cual influye directamente tanto en el ahorro energético como en el confort térmico en el interior.
Gracias este sistema, podemos llegar a ahorrar entre el 30 y 40 % en la factura de luz y gas para calefacción.